Cultivar maní desde cero puede ser más que una simple actividad de jardinería; es un viaje gratificante que te conecta con la naturaleza y te recompensa con deliciosos frutos. Aquí te mostramos cómo embarcarte en esta emocionante aventura:
1. Selección de las Nueces de Maní: Para comenzar tu viaje de cultivo de maní, es fundamental elegir las nueces adecuadas. Opta por aquellas que sean frescas, crudas y sin cocer, y que conserven su cáscara intacta. Evita los cacahuetes tostados o salados, ya que estas variedades no germinarán correctamente.
2. Preparación y Siembra: El maní es una planta que requiere tiempo para crecer y prosperar, con una temporada de crecimiento que oscila entre los 100 y 130 días sin la amenaza de heladas. Para comenzar temprano, especialmente en climas más fríos del norte, inicia el proceso de germinación en el interior de 5 a 8 semanas antes de la última fecha probable de helada. Al momento de plantar, elige un suelo suelto y bien drenado. Si es necesario, enriquece la tierra con arena y abono añejo. Siembra las semillas a una profundidad de 1 a 2 pulgadas, separadas entre sí por 24 a 36 pulgadas, con al menos 72 pulgadas de distancia entre hileras.
3. Selección del Lugar y Preparación del Suelo: El maní ama la luz del sol, así que elige cuidadosamente un sitio soleado para su plantación. Para proteger las plántulas de las heladas primaverales, considera el uso de cobertores de hileras. Además, asegúrate de que el suelo sea ligero, arcilloso y ligeramente ácido, con un pH que oscile entre 5,5 y 7,0.
4. Riego y Cuidados: El riego es fundamental para el desarrollo saludable de las plantas de maní. Asegúrate de regar al menos una pulgada por semana, manteniendo una humedad uniforme en el suelo sin que este se encharque. Una vez que las plántulas alcancen aproximadamente medio pie de altura, agrega mantillo para retener la humedad y controlar las malezas.
5. Fertilización: Los maníes tienen la capacidad única de fijar nitrógeno, lo que significa que requieren menos cantidad de este nutriente. En su lugar, enfócate en la adición de calcio al suelo, ya que es esencial para el desarrollo de las vainas. Antes de la siembra, utiliza un fertilizante equilibrado o bajo en nitrógeno para preparar el suelo.
6. Poda y Propagación: Generalmente, no es necesario podar las plantas de maní, pero si lo deseas, puedes hacerlo como parte de su mantenimiento regular. Para propagar nuevas plantas, selecciona semillas sanas y maduras para guardarlas y plantarlas en la siguiente temporada de primavera.
7. Cosecha y Almacenamiento: El momento de la cosecha llega entre 100 y 150 días después de la siembra. Para recolectar los maníes, retira toda la planta del suelo. Puedes optar por guardar los cacahuetes crudos en una bolsa de malla en un lugar seco o tostarlos para un sabor aún más delicioso. Cultivar maní en casa es una experiencia fascinante que requiere dedicación y paciencia, pero los resultados valen la pena. Con el cuidado adecuado, podrás disfrutar de maníes frescos y deliciosos directamente desde tu propio jardín. ¡Anímate a probar este desafiante pero gratificante proyecto de jardinería!